Este nuevo documento de política del INEE aporta recomendaciones a los donantes, los gobiernos nacionales y los actores humanitarios y de ayuda al desarrollo para reforzar las evidencias basadas en evaluaciones del aprendizaje y así aumentar la calidad de la educación que se les proporciona a la infancia y la juventud atrapadas en la crisis y el conflicto.
Para garantizar unos resultados de calidad del aprendizaje para todo el mundo, un objetivo central de la Agenda 2030 de la Educación, necesitamos recopilar mejores evidencias sobre las necesidades de aprendizaje y sobre los resultados del aprendizaje de la infancia y la juventud más marginalizadas.
Un aprendizaje equitativo y de calidad es importante para todas las personas que aprenden, pero es especialmente importante para quienes han sido afectados por la crisis porque tienen menos posibilidades de recibirlo. La infancia y la juventud atrapada en la crisis está siendo excluida deliberadamente o por razones prácticas de la participación en las evaluaciones nacionales, lo que los convierte, junto con sus necesidades, en invisibles dentro de los sistemas de gestión de datos educativos nacionales, lo que en último término conduce a una programación, una política y un reparto de fondos educativos basado en información errónea.
Para abordar esta brecha en la inclusividad de los datos de evaluación del aprendizaje, el proyecto de trabajo Resultados de aprendizaje equitativo y de calidad, dentro del Grupo de Trabajo sobre Política Educativa, ha propuesto un documento de política para apoyar a los donantes, los gobiernos nacionales y los actores humanitarios y de ayuda al desarrollo. El documento, Invertir en aprendizaje: fortalecer la recopilación y el uso de datos de evaluación del aprendizaje en contextos de EeE, está disponible en árabe, inglés, francés, español y portugués y ofrece una guía y acciones específicas según el tipo de actor para trabajar por el aumento y la mejora de las mediciones de los resultados holísticos del aprendizaje para el alumnado afectado por la crisis. El documento también destaca de manera prominente el costo de la inacción.
El documento se basa en dos extensos ejercicios de mapeo que captan las herramientas de evaluación y los marcos de medición, tanto académicos como relacionados con el bienestar, que se han empleado en los escenarios de crisis y conflicto. Estos mapeos cubren los enfoques programáticos de medición, los marcos globales para la medición, las herramientas de evaluación y los marcos para monitorizar los resultados. Estos mapeos muestran qué constituye una educación equitativa y de calidad en escenarios de crisis y conflicto y cómo puede evaluarse tanto en los niveles del programa como de manera individual. También enfatizan los vínculos entre las mediciones en el nivel de los programas (nacional) así como el marco de medida global.
El documento de política propugna una acción colaborativa y concentrada para mejorar las experiencias y los resultados del aprendizaje de la infancia y la juventud afectada por la crisis. Las recomendaciones para los gobiernos nacionales incluyen:
- Integrar a los niños, niñas y jóvenes afectados por crisis dentro de los sistemas nacionales de gestión de datos educativos, garantizando que se apliquen normas éticas y salvaguardias de protección para prevenir la discriminación.
- Incluir a los niños, niñas y jóvenes en contextos de crisis y conflictos, al establecer puntos de referencia nacionales de competencia para que los estándares de competencia incluyan a los estudiantes afectados por las crisis.
- Utilizar los datos de evaluación del aprendizaje para evaluar las políticas y programas de aprendizaje dentro de los contextos de conflictos y crisis, e integrar enfoques basados en la evidencia dentro de las políticas y prácticas nacionales de educación inclusiva.
- Aprovechar el apoyo de los asociados de acciones humanitarias y de desarrollo para evaluar las necesidades de aprendizaje y los resultados de los niños, niñas y jóvenes en los contextos de conflictos y crisis.
- Establecer un proceso inclusivo para compartir datos y evidencia entre todas las partes interesadas, incluidos los docentes y estudiantes afectados por conflictos y crisis, a fin de lograr una mayor equidad dentro de los sistemas nacionales de evaluación.
Sabemos que un niño o una niña es algo más que simplemente una marca en la lista de matrícula, un número de estudiante una nota de examen. Los niños y las niñas son seres sociales, emocionales, intelectuales y espirituales. Los niños y las niñas tienen el potencial de construir un mundo más pacífico, equitativo y justo y las personas adultas somos responsables de apoyarlos para alcanzar ese potencial. Nuestra esperanza es que estos recursos apoyen a las personas adultas que han asumido esa responsabilidad.