Implica el incremento de las capacidades de las personas y de las instituciones con el fin de mejorar sus competencias y su habilidad para resolver problemas de manera sostenible.
Recomendamos una gestión suficiente de las crisis, desde la respuesta de emergencia hasta la recuperación y la reconstrucción; respuestas nacionales, regionales y mundiales mejor coordinadas; y el desarrollo de capacidades para la reducción global del riesgo y la mitigación de sus efectos, a fin de que la educación se mantenga durante situaciones de conflicto, de emergencia, de post-conflicto y de recuperación temprana (Educación 2030, 2016:9).