Este informe analiza el papel de padres y madres a la hora de apoyar el aprendizaje de sus hijos e hijas en la escuela y cómo desde la planificación y la toma de decisiones se puede respaldar este papel. Un informe relacionado examina las cuestiones relativas a la preparación para la escuela y el aprendizaje.
Los progenitores (o las personas cuidadoras) son las primeras personas que educan a sus hijos e hijas. El apoyo que proporciona afecta al desarrollo, el aprendizaje y los resultados educativos posteriores del alumnado. Este apoyo incluye el apoyo directo al aprendizaje antes y durante la educación formal, así como la facilitación indirecta de factores como la nutrición, la salud y la higiene. Las tareas de apoyo van desde la comunicación entre el hogar y la escuela, la ayuda con las actividades de aprendizaje en casa, la participación en los eventos escolares y la participación en los organismos de decisión de la escuela (Desforges y Abouchaar, 2003). Las modalidades de la implicación pueden variar según la edad de la criatura, desde el apoyo en el hogar en la etapa preescolar hasta el apoyo directo una vez que se ha efectuado la transición a la escuela primaria, incluyendo la ayuda con los deberes y las prestaciones voluntarias en las aulas y en las funciones escolares.
Qué sabemos
Un amplio cuerpo de investigación muestra que “una buena crianza en el hogar” es un buen indicador de los logros del alumnado, incluso después de que se hayan sacado de la ecuación otros factores que tienen un impacto sobre los logros, incluyendo la calidad de las escuelas en la etapa primaria (Desforges y Abouchaar, 2003:4). Mahuro y Hungi (2016) concluyeron que la participación parental en Uganda bajo la forma de implicación temporal y recursos para la educación de sus hijos e hijas juega un papel esencial en la motivación para mejorar sus notas académicas.
Las conclusiones del Programme for International Student Assessment (PISA) de la OECD confirman que la implicación parental en la educación es fundamental para el éxito del alumnado a lo largo de su trayectoria de aprendizaje. Las familias implicadas muestran a sus hijos e hijas cómo planificar y supervisar y, siendo conscientes del proceso de aprendizaje, les ayudan a desarrollar el lenguaje y el resto de destrezas necesarias para el aprendizaje. Además, es posible que el profesorado preste más atención al alumnado cuando sabe que sus familias están más implicadas (OECD, 2012: 13).
La investigación ha demostrado que la lectoescritura mejora cuando las familias se implican en las escuelas, con independencia del nivel educativo previo alcanzado por las familias (Marphatia et al., 2010). Fomentar unos mayores niveles de implicación parental puede contribuir a reducir las diferencias en el rendimiento de los diversos grupos socioeconómicos (Borgonovi y Montt, 2012). Las pruebas apuntan a que, si se les apoya, las familias desfavorecidas pueden implicarse más con el aprendizaje de sus hijos e hijas y que esto, a su vez, puede conducir a mejores resultados (Axford et al., 2019).
La pandemia de la COVID 19 ha puesto aún más de manifiesto la importancia del apoyo parental, puesto que las familias han tenido que unirse a la primera línea del proceso de aprendizaje y enseñanza (Winthrop et al., 2020). Las carencias educativas de los progenitores y su capacidad de aportar ayuda para los deberes pueden afectar de manera crucial los resultados del alumnado, especialmente durante el cierre de las escuelas (Brossard et al., 2020).
En general, las investigaciones apuntan a que el alumnado cuyos progenitores están implicados está más motivado para aprender por el gusto mismo de aprender, puesto que adopta las actitudes positivas hacia el aprendizaje y la escuela de sus progenitores (OECD, 2012). Acompañar y supervisar los principales objetivos escolares del alumnado, es decir, estudiar y aprender, modelar comportamientos y actitudes positivas hacia la escuela y expresar la importancia de la escuela tiene un enorme impacto positivo sobre el aprendizaje (Castro et al., 2015). También se pueden emplear las políticas familiares como puntos de entrada para fomentar la asistencia a la escuela y el aprendizaje en todas las etapas de la infancia, pero estas políticas necesitan un refuerzo para que tengan impacto sobre el fomento de unos resultados del aprendizaje equitativos (Richardson et al., 2020).
Problemas y limitaciones
Las pruebas del impacto de la implicación parental en los resultados del aprendizaje del alumnado en los países en vías de desarrollo son mínimas. La mayoría de las investigaciones se han llevado a cabo en países occidentales en los que a menudo existen estructuras de apoyo que facilitan la participación de las familias (Marphatia et al., 2010; Carter, 2017). Las medidas de implicación parental que se han usado para los estudios en los países en vías de desarrollo se basan en escalas que se han establecido en el contexto de los países desarrollados, donde la implicación parental puede ser diferente (Chowa et al., 2013).
No todas las formas de implicación tienen el mismo impacto sobre el aprendizaje. Según Cao et al., (2014), las pruebas procedentes de estudios experimentales y casi experimentales sobre este tema son ambivalentes, dependiendo del tipo de implicación parental y el tipo de resultado que se examine. Hay que argumenta que la supervisión y el control de los deberes y la asistencia parental a las actividades escolares no se relacionan necesariamente con los logros académicos del estudiante (Castro et al., 2015). Otros estudios señalan que la implicación parental dentro de la escuela solo tiene una relación muy modesta con los resultados del alumnado, al menos cuando se compara con “una buena crianza en el hogar” (Desforges y Abouchaar, 2003). En Ghana, se concluyó que la implicación parental desde casa se asociaba positivamente con el rendimiento académico, mientras que la implicación parental en la escuela tenía una asociación negativa (Chowa et al., 2013).
Las pruebas del impacto causal de la implicación parental sobre los logros académicos son escasas. La mayoría de los estudios que documentan una fuerte correlación entre la implicación parental y los resultados educativos son descriptivos, pero no pueden demostrar una causalidad (Marphatia et al., 2010; Cao et al., 2014:11; Carter, 2017).
Las definiciones contradictorias de la implicación parental y, en general, la falta de consenso sobre qué tipos de implicación parental conducen a qué tipos de resultados educativos hace que establecer vínculos entre la implicación parental y el aprendizaje del alumnado sea complicado, especialmente porque los resultados educativos están influidos por una serie de factores diferentes (Cae et al., 2014; Desforges y Abouchaar, 2003).
Obstáculos para la implicación parental
Hay familias, especialmente las que proceden de entornos socioeconómicos pobres o a grupos minoritarios, que se enfrentan a barreras a la hora de implicarse en el aprendizaje de sus hijos e hijas. Según Axford et al. (2019:7) existen obstáculos materiales y psicológicos “que operan de manera diferencial (y discriminatorias) a lo largo de las clases sociales” y hay pruebas de un de una desigualdad de origen socioeconómico en la implicación de los progenitores en el aprendizaje de sus hijos e hijas y en el ambiente de aprendizaje en el hogar. Las conclusiones desde Gran Bretaña apuntan a que es posible que los progenitores procedentes de grupos minoritarios étnicos y/o lingüísticos no tengan la confianza o las destrezas suficientes como para guiar a sus hijos a hijas y que es posible que el profesorado y las escuelas los consideren menos capaces y eficaces a la hora de contribuir a la educación de sus hijos e hijas (Goodall y Vorhaus, 2010). Se ha descubierto que es también así en el caso de progenitores de niños y niñas migrantes o con estatus de refugiado (d’Addio, 2019). Mientras que la mayoría de los progenitores se sienten capaces de ayudar a sus hijos e hijas con las tareas de la escuela durante los años de la educación primaria, muchos sienten una menor capacidad a medida que el currículo avanza.
Política y planeamiento
Integrar la implicación parental en los planes y políticas educativas
Cada vez más se reconoce desde la toma de decisiones que la implicación parental es una de las partes integrales de las reformas educativas (Wilder, 2014). En el nivel nacional, la constitución y/o las políticas sectoriales educativas deberían definir los parámetros de implicación parental en las escuelas, así como proporcionar incentivos y apoyos para esta implicación (Marphatia et al., 2010). En el nivel descentralizado, las consejerías distritales de educación pueden apoyar a las familias en lo que se refiere a sus papeles y responsabilidades (Kayabwe, Asiimwe y Nkaada, 2014). La implicación parental debe planificarse e integrarse en una estrategia completa de la escuela o del servicio educativo, incluyendo análisis de necesidades, establecimiento de prioridades, monitorización y evaluación, así como fomento de la conciencia pública (Goodall y Vorhaus, 2010: 9)
Formación y capacitación para profesorado y personal administrativo
El profesorado y el personal administrativo pueden requerir una formación con vistas a su sensibilización acerca de las maneras en las que se puede implicar a las familias en la educación de sus hijos e hijas (Bray, 2001; OECD, 2012). Se le ha sugerido al profesorado organizar sesiones de “pasarse por ahí”, establecer una política de puertas abiertas en sus aulas, crear una web de la clase con un espacio destinado a las preguntas y respuestas de las familias y organizar visitas a los hogares. Los sistemas educativos pueden contribuir identificando hitos y objetivos, así como proporcionando los recursos financieros adecuados para cubrir esos objetivos (OECD, 2012).
Programas para familias y de implicación parental
Los programas para las familias buscan crear una conciencia de la importancia del papel de los progenitores a la hora de apoyar el crecimiento y desarrollo de sus hijos e hijas, y reforzar o modificar sus actitudes, creencias y prácticas en relación con el cuidado de las criaturas (Evans, 2006). Los programas de implicación parental buscan reforzar las relaciones entre el hogar y la escuela con el objetivo de mejorar los resultados educativos (Barrera-Osorio, 2021). La mayoría de los programas se centran en familias marginalizadas o desfavorecidas, o en familias pertenecientes a minorías étnicas, por ejemplo el programa HIPPY (Home Instruction for Parents of Preschool Youngsters), implementado en una amplia serie de países, proporciona un apoyo a las familias con desventajas sociales y a los progenitores de niños y niñas de corta edad. En Rumanía, UNICEF y el Ministerio de Educación están colaborando en una Plataforma nacional de educación parental mediante la cual 31.000 progenitores y personas cuidadoras han recibido clases de crianza. UNICEF informa que esas clases contribuyen a aumentar la participación en la escuela y que han mejorado la comunicación entre las familias y las escuelas.
Inclusión de la implicación parental en los currículos y en la formación del profesorado
Los progenitores pueden ser aliados educativos del profesorado, ayudándolos a desarrollar todo el potencial académico del alumnado y monitorizando la calidad de la enseñanza y de las estrategias de enseñanza (Marphatia et al., 2010). La importancia que tiene para el profesorado trabajar con las familias para apoyar el aprendizaje y el desarrollo del alumnado se subraya en el marco curricular de muchos países (OECD, 2017). El nuevo currículo keniata (2018) enfatiza el papel de las familias como esencial para la educación de sus hijos e hijas y una de sus directrices principales es 'el empoderamiento y la implicación parental'. En Malta, el Marco Curricular Nacional (2012) enfatiza el hecho de que los profesionales de la educación necesitan trabajar con las familias y con la comunidad en general para garantizar un proceso educativo logrado.
Fomento de las asociaciones de familias
El impacto positivo de la implicación y el apoyo de las familias es importante, tanto para la gobernanza de la escuela como para los resultados del aprendizaje del alumnado (Desforges y Abouchaar, 2003; Balarín y Cueto, 2007). Aunque estas políticas tienen un impacto especialmente notable sobre la gobernanza, también tienen un componente de aprendizaje. Las pruebas procedentes de México apuntan a que la confianza entre profesorado y familias y unas reglas claras acerca de las expectativas de las familias son factores clave para cualquier mejora (Barrera-Osorio, 2021). Las políticas de gobernanza de la escuela pueden proporcionar también un punto de partida para la implicación de las familias en la escuela. No obstante, en la mayoría de los países, el papel y las responsabilidades de las familias en relación al resto de agentes implicados no están definidas con claridad y es necesario que los papeles de los distintos agentes implicados queden claros y que todo el mundo los acepte (Marphatia et al., 2010; Bray, 2001.
Apoyo parental durante los cierres de las escuelas
Las decisiones políticas sobre los cierres de las escuelas y sobre la prolongación de la educación a distancia tienen que tener en cuenta la capacidad de las familias para ayudar a que sus hijos e hijas aprendan. Hay que apoyar a las familias con paquetes de educación en casa, especialmente allí donde no hay conexión a internet o electricidad (Brossard et al., 2020). Angrist et al. (2020) ha llegado a la conclusión que el gesto de implicar a las familias mediante SMS y llamadas de teléfonos condujo a un aumento de la participación parental en la educación de sus hijos e hijas y mejoró la comprensión de estas familias del nivel de aprendizaje de sus hijos e hijas. Es importante que toda estrategia que se desarrolle tenga también en cuenta que los progenitores tienen una vida ocupada, así como la variedad de las situaciones familiares y que el apoyo se dirija con preferencia a quienes más lo necesitan (Winthrop, 2020).
Planes y políticas
Herramientas
- Education Scotland. Engaging parents and families - A toolkit for practitioners
- Garcia, M.E.; Frunzi, K.; Dean, C. B.; Flores, N.; Miller, K.B. 2016. Toolkit of Resources for Engaging Families and the Community as Partners in Education. Washington, DC: U.S. Department of Education; Institute of Education Sciences; National Center for Education.
Angrist, N.; Bergman, P.; Brewster, C.; Matsheng, M. 2020. Stemming learning loss during the pandemic: A rapid randomized trial of a low-tech intervention in Botswana. CSAE Working Paper WPS/2020-13. Oxford: Centre for the Study of African Economies (CSAE).
Axford, N.; Berry, V., Lloyd, J.; Moore, D.; Rogers, M.; Hurst, A.; Blockley, K.; Durkin, H.; Minton, J. 2019. How can schools support parents’ engagement in their children’s learning? Evidence from research and practice. London: Education Endowment Foundation.
Balarin, M.; Cueto, S. 2007. The quality of parental participation and student achievement in Peruvian government schools. Working Paper 35. Oxford: Young Lives.
Barrera-Osorio, F.; Gertler, P.; Nozomi Nakajima, N.; Patrinos, H.A. 2021. Promoting parental involvement in schools: Evidence from two randomized experiments. RISE Working Paper Series. 21/060.
Borgonovi, F.; Montt, G. 2012. Parental involvement in selected PISA countries and economies. OECD Education Working Papers No. 73. Paris: OECD Publishing.
Bray, M. 2001. Community partnerships in education: Dimensions, variations and implications. Education for All: 2000 Assessment. Paris: UNESCO.
Brossard, M.; Cardoso, M.; Kamei, A.; Mishra, S.; Mizunoya, S.; Reuge, N. 2020. Parental engagement in children’s learning: Insights for remote learning response during COVID-19. Innocenti Research Briefs no. 2020-09, Florence: UNICEF Office of Research – Innocenti.
Cao, Y.; Ramesh, A.; Menendez, A.; Dayaratna, V. 2014. Out-of-school parents and community involvement interventions. Washington, DC: United States Agency for International Development.
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