Exitos y desafíos de las tecnologías educativas en los sistemas de enseñanza secundaria del África Subsahariana

Escrito el 12 Feb 20 por Mary Burns
Innovación educacional

 

Como analizamos en el post anterior, los sistemas de educación secundaria en el África Subsahariana pelean por el acceso, la calidad y la equidad de la educación. Para enfrentarse a esos desafíos, numerosos actores en todo el África Subsahariana –organizaciones humanitarias, el sector privado y los gobiernos– han emprendido una serie de iniciativas basadas en la tecnología para abordar los temas del acceso y de la equidad (aunque no se han ocupado tanto de la calidad). En este post, destaco algunas de estas prometedoras iniciativas. También analizo los problemas más generales que limitan el potencial de la tecnología educativa para abordar por completo algunos de los temas más complicados a los que se enfrenta la educación secundaria en África Subsahariana. 

Ampliar el acceso

Proporcionar a las personas desplazadas interiormente (PDI) y a la población refugiada un acceso a la educación. Mediante el acceso a los cursos online, a los grupos de estudio de WhatsApp, a los programas de “escuela envasada” y, de manera más habitual, a los dispositivos móviles, el alumnado que huye de los conflictos y de la crisis puede cada vez más acceder a las oportunidades de educación formal y no formal. Hay que destacar dos ejemplos notables. El primero es la iniciativa de War Child Holanda Can’t Wait To Learn, una aplicación de juego para tablets destinada a la población refugiada, PDI, a la juventud que no asiste a la escuela y al profesorado de Sudán y Uganda. El segundo ejemplo es Instant Network Schools, del Alto Comisionado para los Refugiados de las Naciones Unidas (UNHCR) y la Vodafone Foundation. Establecida en ocho campos de refugiados de Kenia, Tanzania, Sudán el sur y la República Democrática del Congo, esta iniciativa acerca a alumnado y profesorado refugiado el contenido educativo digital. 

Poner contenidos a disposición del alumnado y profesorado. Teniendo en cuenta la carencia de fondos para adquirir contenidos y software educativo y el aumento espectacular del software pirateado, los Recursos Educativos Abiertos (REA) y las licencias abiertas de contenidos son una necesidad absoluta para las escuelas. En uno de los primeros ejemplos de materiales a gran escala con licencias libres, Suyavula y el Departamento de Educación Básica de Sudáfrica (DEB) crearon libros de texto de matemáticas y ciencias con licencia libre para todos los cursos entre 10 y 12 en Sudáfrica (el DEB también ha digitalizado por completo su currículo, de manera que todos los contenidos y materiales están disponibles online). El programa de ciencias para secundaria Teacher Education in Sub Saharan Africa (TESSA) de la Open University de Gran Bretaña proporciona al profesorado de Uganda, Kenia, Ghana, Zambia y Tanzania recursos educativos, recursos para la enseñanza y otros materiales con licencia libre. 

Abordar la equidad

Mejorar la gestión educativa y la adjudicación de recursos. Muchos gobiernos utilizan cada vez más la tecnología para la recogida sistemática de datos, la gestión y la planificación pedagógica. El gobierno de Tanzania ha empleado los Sistemas de Información Geográfica (SIG) para cartografiar las escuelas y hacer un seguimiento de los logros educativos, con el fin de redistribuir los recursos hacia las regiones con menor dotación. De manera similar, Ghana ha cartografiado todas las escuelas de educación secundaria, empleando estos datos básicos para sustentar sus decisiones sobre la adjudicación de recursos y profesorado. Estos mapas y estas iniciativas de monitorización posibilitan adjudicar los recursos a las escuelas de una manera mucho más equitativa y permiten el tan necesario ahorro en gastos educativos gracias a que reducen la fuga de los fondos.

Mejora de la calidad

Complementar la oferta de la educación formal. El mejor ejemplo de esto podría ser la tutorización para los exámenes de ingreso en la universidad, mediante Educación Asistida por Ordenador (EAO) en los laboratorios de informática de las escuelas secundarias después de las horas lectivas; las ofertas de tutorización online en vídeo por parte de empresas comerciales; y las iniciativas patrocinadas por los gobiernos, como, por ejemplo, Game Changers, destinado al alumnado con menores recursos de Western Cape en Sudáfrica.

Complementar la oferta tradicional de la escuela se extiende también a proporcionar destrezas técnicas que el alumnado no recibe en la escuela secundaria. Andela (en Lagos, Nairobi y Kampala) y Gebeya (en Etiopía) forman a los graduados de la escuela secundaria y a la juventud que no asiste a la escuela para ser desarrolladores de software autónomos y competentes y después los ponen en contacto con clientes para trabajos remunerados. 

Las escuelas privadas de bajo coste en todo África Subsahariana están usando las TIC como parte central de su modelo. En todo África Subsahariana, familias y alumnado están expresando su insatisfacción con la baja calidad de la educación trasladando a sus hijos e hijas a escuelas privadas de bajo coste. Muchas de estas cadenas de escuelas mixtas, tanto de primaria como de secundaria, como SPARK (en Sudáfrica) y Nova Pioneer Schools (en Kenia y Sudáfrica) usan una mezcla de aprendizaje y de educación asistida por ordenador para proporcionar una instrucción más individualizada y posibilidades de recuperación a su alumnado. 

Oportunidades perdidas

Las iniciativas que acabo de mencionar son claramente positivas. Pero, dicho esto, aún hay muchas oportunidades perdidas que socavan el papel de la tecnología a la hora de mejorar y ampliar las oportunidades educativas en la etapa secundaria.

Aunque está mejorando, Internet es aún problemático: Ninguna de las iniciativas que hemos comentado podría ocurrir a gran escala o producirse de manera sistemática sin un acceso a internet fiable y barato. Aunque el acceso a Internet se está ampliando y cada vez es más asequible dentro del continente, la brecha de internet es multifacética (geográfica, económica y basada en el género) y persistente. África Subsahariana aún tiene las tasas de acceso a internet más bajas del mundo y, en algunos casos, las más caras. En muchos países, sencillamente no es financieramente posible extender internet más allá de la capital. 

Los gobiernos pueden emplear una combinación de soluciones políticas y técnicas para abordar este desafío. Pueden invertir en la virtualización de los recursos, en el internet por satélite, alquilar fibra oscura que no se use, construir redes de propiedad gubernamental, incentivar a los proveedores de telecomunicaciones para que proporcionen un acceso subvencionado a las zonas rurales, implantar un Servicio Universal y/o usar los “espacios blancos”, tecnología sin cable que aprovechan frecuencias sin usar de televisión y radio para crear conexiones de banda ancha sin cables. Malawi, Sudáfrica, Namibia, Nigeria, Tanzania y Zambia han ampliado el acceso a internet usando alguna combinación de las iniciativas que acabamos de citar (Burns et al., 2019).

No usar las tecnologías de aprendizaje más ampliamente disponibles. En un continente en el que los contratos de telefonía móvil son más habituales que las conexiones a la red eléctrica, donde muchos países tienen un acceso casi ubicuo a Long Term Evolution (Sudáfrica y Ruanda) y donde a menudo hay más teléfonos móviles que personas (como en Botsuana), si por algo destacan los teléfonos móviles en las escuelas es por su ausencia. Los ministerios de educación aún no han encontrado la manera de apoyarse en la propiedad generalizada del teléfono para reducir la carga de proporcionar equipamiento y acceso a internet a alumnado y profesorado.

De manera semejante, la mayoría de la población africana tiene acceso a la radio. La Instrucción Interactiva mediante Radio/Audio (IIR/IIA) puede proporcionar unas oportunidades educativas baratas y a gran escala a la juventud a la que resulta difícil acceder (y a la que resulta difícil enseñar). Hay investigaciones que han demostrado que la IIR es una tecnología fácil de usar y eficaz que puede mejorar los resultados mensurables del alumnado (Burns, 2011). Y, sin embargo, las tecnologías IIR /IIA (con algunas excepciones, como Somalia y Cabo Verde) están en buena medida ausentes del paisaje tecnológico.

La investigación se limita al impacto de la tecnología educativa en los logros estudiantiles: La investigación rigurosa sobre las TIC se limita (en el mejor de los casos) al África Subsahariana. Uno de los desafíos centrales a la hora de estudiar los efectos de la tecnología computacional sobre los resultados educativos de África Subsahariana es que muchas de esas iniciativas están financiadas por donantes o por grandes empresas que no financian investigaciones rigurosas. Así pues, en lo que se refiere a la tecnología, las preguntas más básicas siguen aún sin respuesta. ¿Puede mejorar la tecnología educativa los resultados del alumnado? ¿Merece la pena la inversión? ¿Está desplazando la tecnología a otras actividades educativas más productivas o está consumiendo recursos que podrían contribuir de otra manera a la mejora? Dentro del contexto del África Subsahariana, simplemente, no lo sabemos.

A pesar de esta ausencia de investigación, la tecnología debe formar parte de cualquier reforma educativa de la etapa secundaria. Es esencial para difundir las innovaciones, para proporcionar servicios educativos que de otro modo no estarían disponibles, para automatizar las funciones administrativas y para proporcionar un contenido de alta calidad a profesorado y alumnado. Una integración con éxito de las tecnologías dentro de los sistemas educativos exige como mínimo unos planes tecnológicos que coloquen en el centro del ecosistema educativo al aprendizaje; unas políticas de telecomunicación que apoyen una banda ancha barata; normativas de derechos de reproducción y licencias de uso que apoyen el desarrollo de contenidos localizados y de gran calidad; y una inversión a largo plazo para construir los conocimientos, destrezas y e inclinaciones de alumnado, profesorado, equipos directivos de las escuelas y funcionariado de educación. Si queremos capitalizar el potencial de la tecnología para poner una escuela secundaria de calidad a disposición de la juventud subsahariana, todos los agentes implicados –gobiernos, donantes internacionales, compañías tecnológicas y ONGs– deben emprender esta tarea de manera colaborativa y coordinada. 

Referencias

Burns, M. et al (2019). Information and communications technologies in secondary education in Sub-Saharan Africa: Policies, practices, trends and recommendations. Obtenido en https://tinyurl.com/y67hfwrh

Burns, M. (2011). Distance education for teacher training: Modes, models and methods.

Añadir a favoritos